"¡VOY A PERDER TODOS LOS TRENES QUE ME DE LA GANA!"
-Las ovejas no pierden el tren-
Estoy harta de frases como "La vida son tres días y vamos por el segundo", "Si no es ahora... ¿cuándo?"
¡PUES CUANDO ME DE LA GANA! ¡Hombre ya! Que vale, que ninguno podemos saber si vamos a vivir 20, 50 o 100 años, pero no por eso debemos estresarnos pensando que no va a haber un mañana. Que puede que no lo haya, sí. Por poder puede que ahora mismo se esté acercando un meteorito a velocidad supersónica a la Tierra y en media hora la especie humana quede extinguida. Sí, puede pasar. Pero, ¿y qué quieres que haga yo?
¡PUES CUANDO ME DE LA GANA! ¡Hombre ya! Que vale, que ninguno podemos saber si vamos a vivir 20, 50 o 100 años, pero no por eso debemos estresarnos pensando que no va a haber un mañana. Que puede que no lo haya, sí. Por poder puede que ahora mismo se esté acercando un meteorito a velocidad supersónica a la Tierra y en media hora la especie humana quede extinguida. Sí, puede pasar. Pero, ¿y qué quieres que haga yo?
Sí, tengo 20 años. Pero no me gustan los polvos de una noche con perfectos desconocidos. Que luego a los 30 me entra la curiosidad y quiero probarlo... pues lo haré a los 30, no a los 20, porque no me apetece. Que igual no llego a los 30, pues mira, ¡cosas de la vida! Ese tren no lo cogí. Pero, ¿dónde pone que si no coges todos los trenes no llegas a ningún lugar? ¡Al contrario!
Yo pienso que si estás más preocupada de coger el mayor número de trenes posible sin importante ni su procedencia ni su destino que de coger los que de verdad te lleven a donde quieres ir, tendrás un montón de experiencias, sí, pero la mayoría habrán sido experiencias yermas. O no. Igual esas experiencias dan frutos. Pero, ¿seguro que esos eran los frutos que querías/necesitabas?
Igual en lugar de tanta macedonia, que ya de tanta mezcla toda la fruta te parece igual, hubiera sido mejor centrarte en una reducida cantidad de fruta y disfrutar plenamente de sus diferentes sabores, sin prisa, con calma, dándote tiempo a paladear cada pieza por separado, sentirla, notar cómo su frescor invade tu boca y pasa al resto de tu cuerpo que de repente se reconforta y llena de energía.
Pero en lugar de eso... ¡¡toda la fruta de golpe!! Pera, manzana, fresas kiwi, plátano, moras, sandía... ¿y esto qué es? ¡Yo qué sé! ¡Pero cómetelo ya que se te va el tren!
¿Y qué pasa entonces? Que te subes al tren con una macedonia de vete a saber qué en el cuerpo y del trajín del viaje acabas vomitándolo todo y te quedas como al principio: vacía.
Mira, no, no me gustan la piña ni los pérsimons. Pero estoy encantada con mis nísperos y mis albaricoques y por querer saborearlos bien he perdido ese tren. ¿Pero sabes qué? Detrás viene otro.
Bueno, después de esta reflexión que llevaba rondándome la cabeza desde que hace más de un año vi en cines la película citada al principio, solo me queda por decir una cosa: El único tren que me arrepiento de haber perdido es el Expreso de Hogwarts ;)
Un abrazo y feliz fin de agosto♥
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