Fue como si no los hubiera abierto. Lo veía todo negro.
Entonces comprendió que era verdad lo que su profesora de ética le había enseñado el curso anterior.
La vida es elegir. Todo el rato estamos escogiendo.
¿Chándal o baqueros?
¿Andando o en autobús?
¿Me voy de fiesta el sábado o mejor un cine?
¿Helado de chocolate o quizás de turrón?
¿Hago los deberes o me pongo con el ordenador?
¿Esta ruta o la otra?
[...]
Y de nuevo le tocaba elegir.
Por hacer lo correcto renunció a lo que de verdad deseaba.
El color negro se fue disipando... pudo respirar por fin.
Pero a un alto precio.
Quizá nadie notaría su ausecia.
Quizá ya no habría otra oportunidad de volver.
No había dicho hasta luego... fue un adiós.
Por eso ya no había vuelta atrás.
Pero ella no contaba con que no todo en la vida es blanco o negro. Sí o no. Ahora o nunca.
La vida le demostró que entre una cosa y otra había una gama entera de colores y tonos.
De ella dependía elegir.
No tenía por qué hacer siempre lo correcto. Unas vacaciones de vez en cuando siempre vienen bien.
Por eso no lo dudó en cuanto surgió esa segunda oportunidad que tanto tiempo había estado esperando.
¿Veis? Ella es así. Le habeis dicho vuelve y ya estaba allí ;)